De esta manera se combina la belleza de los acabados pétreos con las ventajas del cristal templado. Al ser vidrio, no envejece, no se raya y es muy resistente a los factores atmosféricos. Se puede emplear en interiores y exteriores, desde pequeñas superficies a grandes paneles y es de fácil instalación, lo que lo hace especialmente adecuado para las obras rápidas, por lo que resulta bastante económico.